Después de publicar el anterior artículo “Tips para mezclar kick y bajo” en el cual os hacíamos un resumen de algunos consejos interesantes de nuestros instructores para mezclar estos dos elementos durante la misma fase de producción, os hicimos una pequeña encuesta por instagram para preguntaros qué os costaba más, mezclar el kick o el bajo.
Os podéis imaginar que el resultado de la encuesta dio como resultado más problemas mezclando el bajo que el kick. ¿Por qué? Porque normalmente es el elemento con el que vamos más a ciegas a la hora de escucharlo en nuestro sistema de monitoraje. A no ser que conozcamos muy muy bien la respuesta de nuestros monitores, va a ser muy fácil pasarnos con la cantidad de graves, o por el contrario, quedarnos cortos.
Además, cuando estás trabajando el kick, por ejemplo, tienes como referencia el bajo para saber si este te lo está eclipsando. Puedes utilizar un sidechain e ir limpiando los graves para hacer espacio al kick. El kick es un sonido contundente que se distingue bien y al que es relativamente fácil dar el brillo que necesita. ¿Pero qué pasa con la línea de bajo compuesta por notas largas que se confunden con los graves de los demás instrumentos?
Como nos dijo Juan (@djvmusic), cuando os preguntamos dudas más concretas al respecto, sobretodo se busca que el bajo tenga “más potencia pero sin distorsión”. Subimos el volumen del bajo para que se oiga la línea melódica que este hace, pero eso puede hacer que incrementemos demasiado la cantidad de graves en general, y el bajo suene distorsionado. Sobretodo nos damos cuenta cuando nuestro track suena en otros sistemas de reproducción no plana. ¿Entonces qué hacemos? Vamos a ver algunos tips:
1- Conoce tus monitores:
El primero prácticamente ya lo hemos comentado. Conocer bien los monitores o auriculares con los que mezclemos, para saber si estos tienden a añadir más graves de más o de menos. Es un punto básico y clave.
2- Se organizado con las mejoras:
Como hemos comentado también, probar nuestro track en tantos equipos como sea posible. Mientras escuchamos, anotamos cuales son los fallos, en qué equipo nos ocurre, y qué creemos que podemos hacer para arreglarlo. Llevar una anotación organizada y detallada nos va ayudar a no volvernos locos yendo del estudio al equipo sin rumbo y dejando los cambios al azar. Aprovecharemos mejor el tiempo y entenderemos mejor qué funciona y qué no para próximos tracks.
3- Controla los graves de otros instrumentos:
Para evitar las pelotas de graves en tu track, ten muy controlados los instrumentos que tienen contenido de frecuencias graves. No estamos diciendo que los recortes todos para dejar un gran espacio al grave, ya que eso también puede descompensar tu track. Sino ir recortando los graves de aquellos que crees que no aportan nada y ajustando los que si quieres que estén pero sin chocar demasiado con tu bajo. Recuerda que se trata de un trabajo de prueba y error.
4- Vigila el volumen del sub-bajo
En el anterior artículo hablamos de la importancia de dejar el sub-bajo en mono. Recuerda hacerlo y ten cuidado de no subir demasiado la ganancia. Para ajustar su volumen inicial pon el sub-bajo a cero y súbelo poco a poco hasta notarlo ligeramente. No busques desde el principio la intensidad que sientes al estar en una discoteca porque recuerda que ese efecto lo crea el equipo y la sala. Se consciente de las limitaciones acústicas de tu propio monitoraje y habitación.
5- Destaca la melodía de tu bajo
Si el sonido que has escogido para tu bajo es bastante grave en general y el brillo de su línea melódica se pierde con los demás instrumentos de tu track tienes dos opciones: Sacar frecuencias agudas a ese mismo sonido de bajo, o añadir otras capas de sonido.
En el primer caso, puedes utilizar un saturador para crear frecuencias agudas de tu bajo. Separa primero las frecuencias más graves del bajo (sub-bajo) para no afectar a estas, y aplica una saturación suave al resto de frecuencias más agudas para darles más cuerpo y así conseguir que tu bajo suene un poco más grueso en general. No te quedes con el primer plugin de distorsión que encuentres. Prueba varios si tienes para experimentar con los distintos tonos de coloración que te puede dar cada uno.
La segunda opción es añadir una o más capas de bajo haciendo exactamente las mismas notas que el bajo original. Pero, ¡cuidado! evita los graves de estas pistas para no chocar con tu bajo. Cuanto más detallistas seamos cortando solo las frecuencias que nos interesan para estas capas, mejor resultado tendremos. Después recuerda agrupar estas capas con el bajo y aplicar un poco de compresión en conjunto para hacerlo sonar más compacto.
En cualquiera de los dos casos, recuerda ser consciente de otros instrumentos que no te interese resaltar tanto y que quizás están tapando la frescura de tu bajo.
6- Crea espacio para las frecuencias agudas
Y por último, un tip para resaltar más la línea melódica de tu bajo sin subir el volumen es abrir el estereo de las frecuencias agudas de este. Se recomienda ser prudente con las cantidades de amplitud y abrir buscando encontrar un punto en el espectro que no choque demasiado con otro instrumento de tu track. También puedes aplicar un poco de reverb para dar un poco más de espacio. Pero sobretodo no hagas nada de esto con las frecuencias graves: recuerda que estas deben quedarse en mono y es mejor no añadirles reverb.